Mi nariz me odia...


En la foto: un pancito hecho por moi *3*. Le ofrezco el riiiico pancito hecho en casa!!! Tenemos de aceituna, orégano, semillas, con machitún, sin machitún...


Una vida sin yo estar ocupada, no es vida.

Me he dado cuenta que no hay caso conmigo, que una tarde vegetando en la cama me equivale a un sacrilegio y que algo en mí cree que pagaré tamaña flojera en el Más Allá y multiplicada por 5. 

Ahora mismo, si yo no fuera tan yo, podría aprovecharme que no me siento muy bien que digamos (alergia y un incipiente resfriado) y sacar telas de araña entre las sábanas, pero heme aquí... blogueando luego de hacer un montón de cosas y con otro montón de cosas que siguen en la lista luego que levante mis sagradas asentaderas de acá. No paré ni saliendo de emergencias psiquiátricas y voy a parar porque tengo la nariz llena de mocos, jajajajaja!!!

Me he preguntado por qué tanta afición al movimiento eterno y diría que es una necesidad interna de absorber todo y aprender todo. Imagínense, ahora me dio por hacer labores caseras más pesadas y orientadas a un proyecto que tengo a largo plazo (que es vivir lo más off-grid posible, quiero decir, depender lo mínimo del sistema en el que estoy inserta en el presente) y aprendiendo cosas autónomas a base de ensayo, error y florcitas. No sé si son esas mismas flores u otras actividades que produzcan micropartículas las que me tienen mi nariz pidiendo clemencia en latín, pero siento que puedo mantenerme a punta de antihistamínicos hasta que mi cuerpo citadino se aclimate a cosas más naturales. Todo es aprendizaje, incluido lo que mi cuerpo vive, y llegará un momento en que me gradúe en todo sentido.

Por mientras, a tomar pastillas y rezar que no me dé un shock anafiláctico, jajajajaja!!!

Hasta la próxima!


0 Comments